lunes, 21 de diciembre de 2015

Siempre feliz, aunque suene cursi.


Siempre feliz, aunque suene cursi.
Siempre feliz, aunque la enfermería no fuera como pensabas.
Siempre feliz. Aunque no llegue ese trabajo, esa oposición o esa plaza de residente.
Siempre feliz. Aunque te bajen el salario y te aumenten las horas.
Siempre feliz. Aunque trabajes en condiciones inhumanas y te obliguen a hacer cosas que sabes que no están bien hechas.
Siempre feliz. Aunque otro sanitario te hable mal. Aunque un paciente descargue su enfado contigo.
Siempre feliz. Porque ellos también sufren los varapalos que se lleva la sanidad.
Siempre feliz. Porque nuestra salud es lo más importante. Porque el cuidador debe cuidarse para poder cuidar.
Siempre feliz.
Siempre feliz. Porque a pesar de todo te encanta lo que haces.
Siempre feliz. Porque ese pijama te da superpoderes. Porque cada vez que colocas los bolígrafos en el bolsillo del uniforme sientes como te invade una energía que te hace poder con todo.
Siempre feliz. Por todos esos días en los que sales del trabajo con una satisfacción que pocas personas serán capaces de experimentar alguna vez en su vida.
Siempre feliz. Porque esa mano que le cogiste al paciente en un momento difícil lo cambió todo.
Siempre feliz. Porque esa palabras de ánimo curaron más que cualquier medicamento.
Siempre feliz. Porque eres importante.
Siempre feliz. Porque eres imprescindible.
Siempre feliz. Porque llegarán tiempos mejores.
Siempre feliz. Porque todo este sufrimiento nos hará más fuertes, más valiosos.
Siempre feliz. Porque no todo el mundo puede amar tanto una profesión como nosotros.
Siempre feliz. Porque salvas personas. Y porque sobre todo, salvas almas.
Siempre feliz. Porque eres enfermero.

Sed felices, porque la vida es corta.
Porque todo viene y va. Porque lo que tenemos es el ahora.
Aunque suene cursi.
Inténtalo.
Disfruta del día a día.
No pienses más allá. No le des vueltas.
Eres único, eres especial.

Siempre feliz compañero.
Por favor.

Feliz Navidad apurada.


Escuchar:


Y gritar bien alto:
¡NOSOTROS NO CONTAMOS OVEJAS SI NOS VAMOS A DORMIR, CONTAMOS LOS METROS HACIA LAS METAS QUE QUEREMOS CONSEGUIR!

1 comentario:

  1. Es precioso lo que escribes. Se me ha escapado una lagrimita y todo mientras lo leía porque ayer tuve un turno horrible...y bueno, esas cosas que nos han pasado a todos algunas vez. A pesar de ello, me sigue gustando mi profesión.
    Muchas gracias por sacarnos siempre una sonrisa y, sobre todo, por recordarnos el lado bonito de la enfermería y el motivo por el cuál somos lo que somos. Como sueles decir: " Enfermer@ se nace, no se hace"

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