jueves, 7 de abril de 2016

No quiero llorar

Pero me va a costar no hacerlo.

Y es que hoy no voy a hablar de productos o de enfermería, voy a contaros mi historia, la de verdad. No la de Facebook o Instagram. No, la nuestra. El friki informático y yo, dos locos echando la vista tres años atrás.




Es lo más bonito del mundo leer y escuchar mensajes de ánimo con lo que hacemos. Es increíble el reconocimiento por parte de personas importantes de la profesión. Publicar un libro es una sensación única en el mundo. "Parir" productos chulos es lo más parecido a hacer puenting, con toda su adrenalina.





Pero no todo es bonito, no es nada fácil, a veces dan ganas de echar a correr y no mirar atrás. A veces me dan ganas de mudarme a la montaña y tener una huerta propia, que quieres que te diga.

Enfermera en apuros mola, ha sido un antes y un después en mi vida. ¿En mi vida? Y en la del friki informático. Y sí, en las fotos todo parece diversión y risas, pero hoy te voy a contar la verdad. La historia de una enfermera yendo a comprar bolitas de relleno.




Hace tres años, mientras trabajaba de 10 de la mañana a 8 de la tarde con media hora para comer, haciendo depilación láser, a la espera de saber si había conseguido plaza en el EIR o no, surgió la idea que lo cambiaría todo.

Fueron muchos meses en números rojos. Trabajando en dos sitios a la vez y por las noches, trabajando extra para Enfermera en apuros. No lo diré como si fuera un sufrimiento, no lo fue, era mi válvula de escape. No podía tener más ilusión en lo que estaba haciendo. Innovando en la profesión, ayudando a visibilizarla. Eso estaba bien.




Nuestro primer piso, en el que se fraguó toda esta historia, era un cuadro. No te voy a mentir. En Madrid, sin familia y casi sin recursos. Dos chavales de 22 años buscándose la vida en la capital. Fue duro, bastante duro, pero no importó.

Comenzamos la aventura, y el pequeño piso se fue llenando de cajas, libretas, tazas, lazos verdes, tarjetas escritas por mi, y bolsas de MRW.





Y gracias a vosotros, crecimos como lo seguimos haciendo hasta ahora.


Emprender es un trabajo duro. Son noches en vela trabajando, y las otras, en vela pensando cómo mejorar. La responsabilidad es abrumadora en ocasiones. No puedes fallar,  debes hacerlo bien. Cuando comienzas a tener gente que trabaja contigo, esas personas dependen ti. Es una losa que no te deja dormir tranquila. Créeme, hace siglos que no duermo del tirón.


No ha sido fácil.

Aprender a montar una empresa, a gestionar pedidos de forma eficiente, a tratar con proveedores, a implementar soluciones tecnológicas para daros la máxima calidad. No hablemos de temas fiscales o legales. Hacienda, impuestos, modelos... Ahora somos unos expertos, pero aún me recuerdo llorando a lagrima viva en Hacienda el primer día, más perdida que un pulpo en un garaje.


Detrás de una foto bonita, de una idea, hay miles de horas, muchas fotos fallidas, mucho esfuerzo. No todo es el glamour que aparenta ser, lo de detrás no queda tan Instagramer, pero es la realidad auténtica. Es el corazón de Enfermera en apuros. Es la historia de dos locos haciendo algo que aún me cuesta explicar con palabras.

"¿Enfermera en apuros? ¿Eso qué es? Suena a sex shop..-"



No ha sido fácil y cada vez es más complicado, pero seguiremos en la lucha. Tengo días bajos, como todos. Puede que éste sea uno de ellos, y por ello necesite no sólo contaros, sino mostraros con foto todo esto.

Siempre me sentí diferente. Siempre quise hacer algo especial, algo original.
Aquí estoy, intentando hacer algo por la profesión que tanto amo, la enfermería.

Aquí estoy yo, trabajando casi 24 horas sin descanso, sin días libres, sin tiempo a ponerme enferma. No pasa nada. Cuando veo vuestras caras con nuestros productos, todo cobra sentido.

GRACIAS. A vosotros.


Prometo que este momento de bajón emocional desaparecerá y sobre todo prometo seguir luchando por esta idea, por este proyecto. Seguiremos trabajando para haceros llegar la parte de la enfermería más bonita y divertida.

Seguiremos luchando por visibilizar la enfermería como venimos haciendo estos 3 años.

Sólo necesito coger aire para continuar.


Y yo que no quería soltar lagrimillas...


Ana Polegre.





4 comentarios:

  1. Mucho ánimo! Aunque es duro, no hay nada más gratificante que hacer lo que a uno le gusta, y más si como en vuestro caso, lo haceis así de bien!!! Que estos días malos pasen pronto y vuelva el optimismo y las ganas d comerse el mundo!! Ánimo!!!

    ResponderEliminar
  2. ÁNIMO!!!!! Te lo mereces, os lo merecéis. Por toooodo el esfuerzo y por las cosas tan chulis que hacéis, y que nosotras lucimos con ORGULLO.

    ResponderEliminar
  3. Gracias por compartir con tanta transparencia y sinceridad....la vida es así, aveces arriba y otras abajo. Estoy segura hoy hay lagrimilla pero mañana una sonrisa! Saludos desde chile

    ResponderEliminar
  4. Mucho ánimo!! A veces hay dias en que quieras echar a correr, pero con el esfuerzo que habeis puesto, teneis que seguir adelante. Hasta que fallen las fuerzas, os lo mereceis como los que mas!!
    Gracias a vosotros enfermeria puede ser vista como lo que es.

    ResponderEliminar